EL 14 A LAS 14

La frase que titula este blog fue acuñada por el entonces candidato a la presidencia, Leonel López Rodas, quien lo usó de estribillo para su campaña: “el 14 de enero, a las 14 horas…” y luego casi cualquier promesa electoral; que se les acabó la fiesta a los mareros, que si esto o que lo otro.  Desde entonces, la frase ha quedado entre broma y aforismo popular -valga el término- de la política chapina.  Hace alusión, por supuesto, a que a esa hora tomaría posesión como presidente.  De esos tiempos para ahora, la cosa se ha complicado un tanto y que yo recuerde, ya no es a las 14 horas que los presidentes han sido investidos, tomado posesión bastante más tarde que las 2 p.m.

Traigo esto a colación, porque hoy, 14 de enero tomará posesión el presidente electo Alejandro Giammattei, pero probablemente no lo haga a las 14, sino más tarde; esto, porque mientras escribo estas líneas todavía se mueven fuerzas -e intereses- para definir la junta directiva del primer año de la novena legislatura.  Sin importar el resultado, eso llevará tiempo, pero otro tema que retrasará primero, la toma de posesión de esa novena legislatura, luego la elección de junta directiva y finalmente la investidura de Giammattei, es la discusión que debiese haber sido zanjada por el amparo provisional de la CC a unos diputados electos que, posterior a su elección, quedaron sin finiquito válido, lo que según algunos impediría su toma de posesión.  Falta ver qué fundamento o argucia legal se esgrime para no cumplir a cabalidad con lo ordenado por la CC, guste o no.

Pero sin importar si es a las 14 o a las 18, a partir de hoy el presidente Giammattei estará bajo el asedio de todo tipo de fuerzas, algunas institucionales y otras fácticas que le impedirán cumplir a cabalidad sus metas y propósitos.  No lo digo como agorero, sino lo hago con la certeza de que ese es el juego político que, sobre todo en una sociedad tan poco homogénea como la nuestra y con los poderes tan fragmentados como le tocan de entrada a Giammattei.

Se topará con un congreso en donde su contendiente en segunda vuelta, Sandra Torres, todavía controla buena parte de los más de cincuenta diputados de UNE y estoy seguro de que luego de las palabras de Giammattei respecto a verla presa, tratará de ejercer todo su poder para ponerle la cosa un tanto complicada.

A eso hay que agregarle las presiones de los sindicatos estatales que más que velar por el interés de sus agremiados, sus dirigentes buscan prebendas y mantener privilegios obtenidos a través de chantajes a los gobernantes de turno.  La prensa, que no está para aplaudir a los gobiernos, le recriminará cada paso que dé, que no sea conforme al interés o a la agenda que sus controladores crean que es la que debe ser, sin importar claro está, que sea la mejor.

En fin, los retos son innumerables, pero personalmente, lo que para el doctor Giammattei puede ser una debilidad, también es su fortaleza: su fortaleza de carácter. 

No soy yo, sino muchos actores de la vida pública, analistas y comentaristas han repetido hasta la saciedad que una -no todas- de las falencias que han aquejado a los gobernantes ha sido su indecisión, su debilidad de carácter.  Al pensar en presidentes “con carácter” (por ponerlo de alguna manera) inmediatamente uno piensa en Álvaro Arzú de quien se podrá decir muchas cosas y que estoy seguro de que no era de la simpatía de muchos analistas -principalmente porque a él, su opinión le valía un carajo- pero jamás de los jamaces podrá decirse que no era un mandatario con carácter y que tomaba decisiones.  Testarudo, tal vez, pero sus convicciones lo llevaron a crear una maquinaria y una imagen que no solo le ganó la presidencia, sino múltiples veces la alcaldía capitalina.  A pesar del rechazo que le profesan algunos en redes y medios, una medición reciente de ConCriterio (integrado por periodistas abierta y no tan abiertamente contrarios a su régimen y políticas) da cuenta que es el expresidente mejor calificado.  Se podrá o no estar de acuerdo con el resultado, pero es lo que es: el expresidente reciente mejor calificado.  Punto.

Así, el presidente Giammattei tiene una forma parecida, mas no idéntica, de ser.  Sus convicciones son adquiridas a lo largo de varias campañas e intentos de alcanzar la presidencia y, luego de perseverar para alcanzarla, nadie le va a decir cómo son las cosas. 

A pesar de ello, siempre es aconsejable tener cerca de personas que le puedan dan una sincera opinión de las cosas, aun cuando le pueda molestar.  Para ello, es indispensable que no esté en su nómina.  Desconozco si el doctor tiene a alguien así en su entorno, pero bien haría en tenerla.

Aunque tal vez no sea el capítulo final del libro de su vida, el doctor Giammattei empieza hoy a escribir sí el más importante de ella.  Fortaleza, justicia, prudencia y templanza, las cuatro virtudes cardinales son básicas, pero también se requiere empatía, y humanidad.  Se le desea, por su bien, pero sobretodo, por el bienestar de la nación y de sus habitantes, que haga las cosas correctamente. 

¡Viva Guatemala!

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2 Comments

  1. EMPEZO MAL, AHORA RESULTA QUE LOS BOCHINCHEROS DE LA USAC (TECNICAS APRENDIDAS EN SUS CONSTANTES VIAJES A CUBA) A LOS QUE VAN A INVESTIGAR ES A LOS DE LA PNC, QUE ACTUARON EN DEFENSA DE LOS DIPUTADOS DEL PARLACEN. QUE NO NOS EXTRAÑE QUE LES SUCEDA LO MISMO QUE AL CASO DEL CORONEL CHIROY.

  2. Muy buen análisis. Felicitaciones y felicidades
    Esta en camino de llenar con éxito los zapatos de su admirable Señor Padre Muchos buenos deseos para usted.

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