Desde hace algunos días he estado buscando tema para escribir este lunes y francamente me ha costado mucho. Mi falta de inspiración puede ser producto del hastío o simplemente de la falta de creatividad; les ruego me disculpen de cualquier forma.
Por supuesto, no es que no haya nada de qué escribir o sobre qué opinar, pero hacerlo así por así no es mi estilo. Por supuesto que podría -seguir- escribiendo de la interminable pugna entre el Ejecutivo y la Cicig, pero no quiero; seguir tratando de aportar elementos para que quienes apoyan a la Cicig a pie juntillas se den cuenta de que su amada ha cometido serios abusos y que ha violado normas internas y, en algunas instancias, derechos humanos, ya resulta fútil. Quienes ven a Iván Velásquez como una suerte de mesías son y serán incapaces de reconocer sus “errores” que en todo caso le atribuirán -como lo hizo él en su carta a Guterres- a los fiscales del MP o a los jueces; la Cicig impoluta e Iván inmaculado. Ambos infalibles. Así los ven.
Tampoco sirve de nada hacer ver a los “jimmylievers” que el actuar de todos, pero sobre todo de las autoridades, debe enmarcarse en el régimen de legalidad, que un funcionario solo puede hacer lo que le está estrictamente permitido en la Ley y no más. Casi todas las acciones del presidente y de sus funcionarios han sido revertidas por resoluciones de esta tristemente célebre Corte de Constitucionalidad, excepto la decisión de la no renovación del mandato de Cicig; ¿no creen que ya hubieran revertido esa decisión también? No lo han hecho porque está en Ley. El problema es que las otras muchas que ha determinado el presidente no lo están, y por eso es por lo que la CC ha encontrado cómo darles vuelta. Por supuesto, la CC también ha cometido abusos, pero tratar de convencer de ello a los acólitos fanáticos de los magistrados que forman mayoría, resulta como arar en el mar.
En la búsqueda de tema para hoy me puse a revisar mis artículos anteriores, del año pasado y del 2017 y tristemente encontré que no han perdido vigencia; si bien los asuntos puntuales son distintos, la temática es la misma.
Como se sabe, este año hay elecciones generales y designación de magistrados de la CSJ, salas de apelación, así como de Contralor General de Cuentas y seguir enfrascados en la pugna ya referida, nos distrae de lo más importante. A menos que ocurra otro “episodio” digno de comentario, trataré de enfocarme en el tema electoral, en quienes se postulan y sus propuestas. Como se dice popularmente: a otra cosa, mariposa. Cambiemos de tercio.
Es mi intención, aunque todavía estoy en preparativos, lograr entrevistar a todos los candidatos presidenciales que pueda, desde una perspectiva distinta, más aterrizada, más coloquial. Si bien me confieso un liberal clásico, por ello no desecharé a priori las ideas que provengan de posturas distintas a la mía, inclusive las más radicales de izquierda o de derecha.
Yo no estudié periodismo ni ciencias de la comunicación, así que mi aporte será distinto, no por ello mejor o peor, pero si distinto.
Hay muchos aspectos que merecen la atención del electorado, pero trataré de centrarme en el político y jurídico y dejaré el económico y social -y todos los demás pertinentes- a personas que puedan abordarlos con propiedad.
Trataré de entrevistarlos digo, porque por supuesto puede ser que no quieran ser entrevistados por mí (quién so yo, al fin de cuentas) o que no quieran ser entrevistados a menos que sea por personas o medios afines. Están en su derecho. Lo que yo ofrezco es un espacio en el que, a pesar de mis opiniones, preferencias ideológicas o de simpatías personales, todos tendrán exactamente la misma oportunidad de expresar sus ideas respecto a qué harían de alcanzar la presidencia. Veremos si consigo convencer a los candidatos de que mi oferta es genuina y sana; de este lado hay buena voluntad.
Les reitero que, aunque sea entretenido estar viendo cómo se echan penca tirios -no sirios, como dijo una vez un diputado- y troyanos, no debemos distraernos de lo más importante para el acontecer político nacional: las elecciones generales. Si usted está de acuerdo con Jimmy o no, se dará cuenta que una buena elección del candidato de su preferencia tiene mucho que ver; una buena elección de su parte y votar por determinado partido para diputados también tiene mucho que ver. Préstele atención, que su futuro próximo, el de su familia y el del país dependen de ello y para ello precisamente, es que considero necesario conocer lo que piensan hacer los que se postulan. Deséenme suerte en mi intento.