¡FELIZ CUMPLEAÑOS, PAPI!

Hoy no voy a escribir acerca del acontecer político, nacional o internacional; ciertamente hay muchos temas que me gustaría abordar, pero ninguno con suficiente aplomo como del que sí voy a escribir.  Hoy sería el cumpleaños número 91 de mi papá, que murió hace apenas dos años y meses.  Su muerte, como es de esperarse, me dejó muy triste y con muchos sentimientos que bien caben en el término portugués de saudade.  Wikipedia lo define como un vocablo de difícil definición incorporado al español empleado en portugués y en gallego, que expresa un sentimiento afectivo primario, próximo a la melancolía, estimulado por la distancia temporal o espacial a algo amado y que implica el deseo de resolver esa distancia.

Entre lágrimas y sonrisas lo recuerdo y recuerdo cómo hoy hubiese sido un día de fiesta, no solo para él, sino para todos sus amigos que acudían a su almuerzo tradicional que bien se extendía a horas de la noche con música, tertulia política, anécdotas y por supuesto buena comida y abundante bebida.  No pasa un día sin que algo me recuerde su ausencia, pero hoy toca escribir y recordar su presencia. 

Sus cumpleaños siempre fueron fiesta, ya sea en la casa en la que vivimos tantos años y que ahora ocupo yo, o en algún lugar del mundo solos los dos o con algunos amigos que nos acompañaban a los periplos que los últimos años de su vida emprendió para celebrarlo.  Fuimos a Argentina un par de veces con ese fin, una vez a Chile, otra a San Francisco, a Nueva York y varias veces a su queridísimo México. 

Cuando lo celebraba en casa, generalmente eran fiestones y casi, casi como por milagro, los panes y los peces se multiplicaban porque jamás faltó comida y trago para todos los comensales.  Yo siempre me gocé mucho que él se la gozara tanto. 

Los viajes que hice con él con motivo de su cumpleaños también siempre fueron muy lindos y unas experiencias fabulosas.  Le agradezco infinitamente haberme compartido su estilo de vida y su gozo por el buen vivir. 

Hoy no habrá fiestón en mi casa, ya ese tiempo pasó, pero sí lo recordaré con una buena comida y bebida; se que muchos de sus amigos harán lo mismo en su memoria. 

Disculpen lo egoísta de mi parte al escribir de un asunto personal, en lugar de los usuales temas políticos, pero hoy toca recordar a mi querido padre con saudade. 

Les deseo un muy feliz inicio de semana. 

¡Feliz cumpleaños, papi!

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