Aunque todavía no hay resultados “oficiales” por parte del TSE, ya hay datos sólidos; Sandra Torres y Alejandro Giammattei pasan a disputar el balotaje y en el congreso la UNE tiene una enorme mayoría -en términos absolutos y en relación con otras bancadas- que le dará un también enorme poder en el legislativo; Vamos, el partido del segundo lugar en la presidencial tiene una bancada fuerte, pero no es ni la tercera parte de la UNE.
El primer y segundo lugares, son seguidos por Edmond Mulet en un tercer lugar y -la sorpresa para muchos de nosotros- Thelma Cabrera en cuarto lugar pisándole los talones a Mulet. Salvo las “encuestas” -ajá- de los candidatos, las más serias no fallaron por mucho; ciertamente dentro del margen de error, sobresaliendo la de Prodatos que encargó Prensa Libre. Es meritorio destacar que es la segunda vez que esta empresa pega centro, contrario sensu a otras que pareciese que inclinan la balanza para tal o cual candidato por encargo. Como dije, la sorpresa ciertamente es Thelma Cabrera y es respecto a ella y su Movimiento de Liberación de los Pueblos a quienes me referiré hoy, no sin destacar la muy buena campaña que hizo Mulet, pues teniendo un nivel de conocimiento bajo, logró casi colarse a segunda vuelta. Es el candidato puntero para el 2023, según la tendencia chapina.
Cabrera logró colocarse en cuarto lugar, como se dijo, muy cerca de Mulet, sobrepasando a Roberto Arzú, a quien casi todas las encuestas colocaban en el tercer y cuarto lugar. Así, los más de 400 mil votos de Cabrera es el mejor resultado que ha tenido una expresión que nació en los movimientos populares. Mujer, indígena y solamente con educación primaria, consiguió un mucho mejor resultado que partidos “tradicionales” de izquierda, con candidatos con educación superior y algunos hasta con más de un doctorado. También consiguió superlativamente mejores resultados que partidos conservadores; todo ello, con una campaña de hormiga y con nula publicidad; solamente hacia el final del período de campaña tuvo una buena estrategia de comunicación en redes, auxiliada de simpáticos y novedosos memes. El resultado, asustó a algunos, pero sorprendió a muchos.
A pesar de ello y también sorprendentemente, al día siguiente de las votaciones, el partido Movimiento de Liberación de los Pueblos, a través de su cuenta oficial de Twitter, comunicó que no reconocía los resultados y calificó de fraudulentas las elecciones. Momentos después circuló un video de la candidata en donde expone, a viva voz, sus razones. Pueden ver el video, haciendo click en el link a continuación.
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La otrora -y nuevamente- lideresa del movimiento social CODECA, que por admisión propia (a través de varios representantes) ha hurtado el fluido eléctrico como “reivindicación”, se despoja del tacuche de candidata dentro de un proceso eleccionario y se pone nuevamente el pañuelo rojo -es un decir- de lideresa, en señal de protesta.
Contradictoriamente, en su declaración llama a sus más de 400 mil votantes a defender el voto, pero a la vez dice que hubo fraude; me resulta inexpugnable saber qué pretende decir la lideresa, pues reconoce la cantidad de sus votantes -nunca dice que hubo más o que debió haber más- y al mismo tiempo dice que esos nos son los resultados genuinos.
Lo que si me resulta más que evidente es que ella, su grupo cercano y/o las personas que están detrás de ese movimiento/partido político creyeron que ganarían las elecciones y que, al no hacerlo, consideran que se les arrebató ilegalmente su lugar; refuerza ese su pensamiento/sensación que no hayan conseguido ni una sola alcaldía -ni siquiera para la cual se postuló el esposo de Cabrera- y solamente consiguieron un escaño de los 160 que integran el Congreso. La razón por la cual eso sucedió no es una, sino es multicausal; ya han salido analistas a tratar de explicar el fenómeno -que ciertamente es curioso- pero en mi opinión yerran al tratar de explicarlo de una sola manera. En algún otro espacio daré mis impresiones al respecto, pero ahora el tema es, exclusivamente, el mostrar la actitud de la lideresa/candidata y del movimiento social/partido político.
Es de hacer notar, eso si, que no es el único caso en el mundo o en la historia que, cuando un partido político obtiene un lugar distinto al que pretendía, grita ¡fraude! y llama a sus bases a desconocer el resultado. Ha pasado en España, ha pasado en países asiáticos y notablemente pasó en México en las elecciones hace dos sexenios, cuando Andrés Manuel López Obrador no ganó contra a Felipe Calderón (AMLO adujo fraude) y se autonombró como el legítimo presidente de México en un apoteósico -pero ridículo- acto en el zócalo. Doce años después, gana la presidencia abrumadoramente y su movimiento Morena, obtiene resultados parlamentarios federales y estatales, así como en gubernaturas que solo se había visto en tiempos de “la dictadura perfecta” del PRI. Curiosamente, AMLO “nace” a la vida política luego de que, hace veintipico de años en su natal Tabasco, liderara la resistencia civil para el no pago de la energía eléctrica -igual que CODECA- y ahora, todo ese tiempo después pero habiendo entendido las reglas del juego político y democrático, es llevado al poder en los hombros de poco más de 30 millones de mexicanos, el 56% de los electores. Si la lideresa/candidata deja esas rabietas infantiles, como las dejó AMLO, y continúa su labor política, aprende de sus errores y entra con genuina convicción al régimen de legalidad, abandonando esa dualidad lideresa/candidata, de movimiento social/partido político y de ilegalidad/legalidad, estoy seguro de que podremos ver el fenómeno mexicano replicarse en Guatemala.
A los que esa perspectiva les preocupa o asusta -por las razones que sea- bien harán en prepararse y formar partidos sólidos capaces de hacer trabajo de campo, formación de cuadros y surgimiento de líderes, y no solo vehículos electorales.
Por ahora, la lideresa/candidata, abracadabrantemente, echa por la borda su muy buen desempeño en las elecciones y como no gana, patalea. Como pudo observar y escuchar en el video, mi querido lector, la lideresa/candidata llama a la protesta y a la toma de calles, como lo hizo siempre y antes el movimiento CODECA.
Así, el viejo dicho queda como anillo al dedo en este caso: el íbex tiende hacia los macizos. Perdonen, pero no quise usar la expresión española original de: la cabra tira para el monte, porque no quiero que, sin ser así, se me señale de llamar agreste a la señora Thelma Cabrera. Lo que sí es que, de que regresa a sus raíces, regresa. ¡Eso que ni qué!