Hacer predicciones, especialmente del futuro -parafraseando al entrenador gringo Yogy Berra- siempre es complicado, pues se tiene la posibilidad de fallar y ser ridiculizado; un caso me viene a la mente: el de las apocalípticas predicciones de algunos que, luego de la decisión del gobierno en trasladar la embajada de Guatemala en Israel, a su capital -la capital que el Estado de Israel decide para sí- Jerusalén, las ventas de cardamomo guatemalteco caerían estrepitosamente por el boicot de los países árabes, principales compradores del producto. Bueno, pues no solo no fue así, sino que algunas cifras dan cuenta de que aumentó el año pasado. Así, los otrora profetas quedaron evidenciados como agoreros. Precisamente como hacer predicciones siempre es arriesgado, los historiadores siempre la tienen más fácil, pues se limitan a hacer un recuento de hechos pasados, con la cautela, eso si, de usar fuentes fidedignas.
Consciente de ello, he tratado ser mas “historiador y no profeta”, y me he cuidado de no propugnar públicamente teorías o hipótesis sobre el porqué de algunos hechos, para no quedar como aquellos que les conté del cardamomo -o los que decían que el gobierno de Morales no llegaría a término- y ser ridiculizado. Sin embargo, creo que es el momento de esbozar una teoría -de esas de conspiración que tanto gustan en Guatemala- sobre por qué parece ser que, a pesar de tanto sobresalto, no hay un cambio drástico en las estructuras judiciales, administrativas o políticas del país.
Una pregunta recurrente es, por ejemplo, ¿cómo si la Corte de Constitucionalidad es el “baluarte” de la juridicidad en el país, ante las supuestamente flagrantes violaciones por parte de funcionarios del ejecutivo -a la ministra Jovel y al ministro Degenhart los tienen entre ceja y ceja- no ha ordenado ya su destitución por no acatar sus fallos? Esta es una pregunta que se hacen muy vocalmente los opositores del régimen, pero en calladito también se hacen los otros; el público en general no sabe qué está pasando y tal vez ya ni le interesa o importa, ya está cansado de tanta jodedera.
En otro tema, de un lado y otro se acusan de apoyar o querer defenestrar a la candidata de la UNE Sandra Torres por haber presentado el MP una solicitud de levantamiento de antejuicio; los que la apoyan dicen que la Fiscal General es un instrumento de sus enemigos por el “timing” de la acusación. Del otro lado, dicen que la FG es una alidada del celebérrimo pacto de corruptos y que está protegiéndola por haber presentado la acusación hasta después de que ella tuviese antejuicio y no antes. Curiosamente hablan de “timing” también, solo que al revés.
En esa misma línea, a la pobre doña Consuelo -la Fiscal General, por si no la conocía- un día la reconocen como alidada de la lucha en contra de la corrupción -porque ese día hizo algo que si le gusta a la progresía mediática- pero al día siguiente la acusan de ser el caballo de Troya de la corrupción, de la impunidad, del estatus quo, etc. porque ese día no actuó con la drasticidad o la fuerza que la progresía mediática “pink” pretende.
Más de actualidad todavía, en materia político electoral existen teorías de que el TSE es instrumentalizado por la UNE para trocear a Semilla y evitar que Thelma Aldana participe, pero por otro lado se especula que la Cicig tiene cooptado al alto tribunal electoral a través de una carta de entendimiento para la fiscalización de pauta y recursos y que de esa cuenta apalancará la candidatura de Aldana.
Al gran capital o a el ente gremial que aglutina a algunos de ellos, el Cacif, ya solo los más radicales le endilgan las culpas de todo lo malo que pasa; imagino que estarán tristes los señorones porque ya pocos los ubican en el cénit del poder.
Así, pareciese que vivimos una gran confusión, una anarquía y una constante crisis; los medios de comunicación literalmente viven de ese caos y las redes sociales sirven de caja de resonancia y mecanismo de descarga de frustraciones de todo tipo. ¿Por qué entonces si todo lo anterior sucede, no ha habido un drástico golpe a las intentonas del gobierno de violentar las resoluciones de la CC, por qué no se ha troceado la participación de determinado candidato y por qué no se ha terminado de meter al bote a todos los que supuestamente han cometido actos de corrupción? Como dije, las teorías de conspiración son las que más gustan por estos lares y en esa línea, para tratar de explicar este drama sin fin, esta tragicomedia, acá les va la mía, al estilo de deus ex machina.
En este caso no se trata de un dios, ni mucho menos, pero si de un poder supranacional que todo lo vigila y todo lo manipula. Un poder al que varios tienen acceso y que unos y otros dicen influenciar, pero que al final de las cansadas decide siempre por sus intereses y jamás por sus amigos -porque no los tiene- a la hora de tomar partido por uno u otro bando, cosa que siempre hace de forma temporal y nunca definitivamente; me refiero, queridos lectores a los inefables “gringos”.
Cuando uno dice en el contexto político “los gringos” por supuesto que no se está refiriendo al granjero de Ohio o Nebraska, o al minero de carbón de Pensilvania; uno se refiere al gobierno y a sus representantes en este país. Los gringos siempre han manejado -manipulado- los eventos más trascendentales de la política chapina que en la historia han tenido más de un desastroso desenlace. Por supuesto que las intervenciones militares en este continente son una cosa del pasado -amén de lo que pueda pasar en Venezuela- pero salvo ese caso, esa opción quedó sepultada en los noventas con la invasión a Panamá. De allí, las intervenciones son de otro tipo, son políticas. De igual forma como el armamento bélico americano ha ido evolucionando y ya ni siquiera es necesario enviar tropas a morir en suelo enemigo, sino que basta apretar un botón desde las montañas de algún estado del “mid west” para acabar con una amenaza, asimismo el arsenal de la política gringa ha ido evolucionando y mejorando. De esa cuenta ahora tiene misiles teledirigidos y bombas inteligentes en la forma de la Ley Magnitsky y de otros mecanismos similares. Como reza el aforismo en latín: si vis pacem, para bellum (si quieres paz, prepárate para la guerra) los gringos se han preparado de tal forma para la guerra política, sobre todo en este hemisferio, que la sola amenaza de la utilización de esas armas es muchas veces suficiente para alterar el curso de acción de un país o de sus autoridades.
Aterrizando en la coyuntura, yo propugno que los gringos, a través de varios emisarios y, principalmente su embajador, Luis Arriaga, se han dado a la tarea de transmitir con esa tan particular sutileza de los gringos, sus designios para este país y sus avatares; palabras más, palabras menos -con un mejor español que su antecesor, eso si- el mensaje transmitido es: ¡sosiéguense! Los gringos apuestan por las elecciones. Así, el mensaje que han estado transmitiendo por varios canales y frecuencias a los funcionarios del ejecutivo, del judicial y de la misma CC es que no hagan nada por alterar el cronograma ni el prospecto de las elecciones. Si no todos, la enorme mayoría de candidatos y candidatas deberán participar y cualquier acción judicial en su contra debe pasar a segundo plano por lo menos hasta después de las elecciones. Salvo que alguno o alguna se salga del guion, no deberá haber, según mi teoría, acción que llegue a término que impida la participación de candidata alguna -me expreso en femenino porque ustedes ya saben a quienes me refiero- pues serán los guatemaltecos quienes en las urnas decidan quién quieren que los gobierne; si luego de ello hay que corregir o ajustar, se hará, pero no antes.
Lo mismo es válido para la gran cantidad de acciones en contra de funcionarios que supuestamente han desatendido las ordenes de la CC; el mensaje es que cualquier resolución que los intente remover será vista por los gringos como un elemento de desestabilización y eso si que no.
Ah, y sobre el oportuno antejuicio contra Sandra Torres, un día después justamente de que tuviese esa protección, solo les paso a recordar que el día de la acusación, la señora Fiscal General estaba ni más ni menos que en la sede del poder, estaba de viaje en Washington, D.C. ¿Coincidencia?
Sin tenerlo presente -o sabiéndolo, pero estando en desacuerdo- activistas de la sociedad civil refunfuñan por lo que perciben como complacencia de la CC, inactividad de la FG y falta de acción del TSE. Lo que ha pasado es que esta vez, las “instrucciones en ingles” no fueron dadas a estos activistas, sino que fueron dadas directamente a las autoridades para que un hubiese posibilidad de malas interpretaciones ni teléfono descompuesto.
Así pues, mis queridos lectores, acá tienen mi teoría del por qué vemos lo que vemos. Me arriesgo por supuesto a quedar en ridículo mañana mismo cuando alguno de los eventos que digo que no sucederán, suceda. Ni modo, así es esto de la adivinación en la política chapina, uno puede tener todos los elementos, pero siempre hay posibilidad que alguien se salga del guion.
El título de este artículo es paráfrasis de la famosa frase de otro gringo, James Carville que le explicó a su entonces candidato -Bill Clinton- la razón por la cual sería preferida su candidatura a la del presidente George H.W. Bush. Así, para explicar la razón de lo que vemos, cómo lo vemos y lo que no vemos que sucede acá uso la expresión: ¡son los gringos, estúpido!